domingo, 2 de mayo de 2021

The last resort.

Un primero de mayo diferente. Calles sin gente, luchas de cliché y seguramente uno de los años con menos voz que recordaremos.

Mientras trataba de encontrar una temática sobre la que hablar, rememorando hazañas inasumibles en pleno S. XXI acerca de gestas obreras frente a grandes corporaciones, equipos con clase (y no me refiero al Barsa de Guardiola, sino a la Ponferradina de Pichi Lucas, que sacaba los partidos con trabajo) o aficiones realmente comprometidas con las causas sociales, algo ocurrió en Manchester.


Muchas veces tratamos de releer la historia rebuscando algo que se nos haya escapado o tratamos de dotar de un significado concreto alguna efeméride, sobre todo los románticos como nosotros, que creemos que el fin de la historia llegó a este mundo hace bastantes años. Pero la vida, como el fútbol, a veces te da una bofetada de realidad y te pone en bandeja la evidencia.

Hubo un tiempo convulso, difícil e incluso oscuro en el que la clase obrera conquistaba derechos con lo que llamaría la ciencia política "expresiones no convencionales de protesta", lo que llamaríamos nosotros un piquete, una huelga o cualquier forma que alterara el orden por efímero que llegara a ser ese momento.

Aún hay esperanza cuando a 2 de mayo una afición estalla contra la corporación que dirige su club. En Manchester no quieren a la familia Glazer. Al igual que tampoco quisieron en 2018 quedarse en una Europa que les condenó, según ellos, a la desindustrialización. Consiguieron suspender un partido y dar un toque de atención a los poderosos. "Jugáis cuando nosotros queremos", no quiere decir mas que, si los de abajo se mueven, los de arriba se caen.


Y de esto podríamos extendernos en nuestro país, una ciudad llevada a sus límites de marginalidad para con el resto del estado, una industria fracturada y extirpada y unas minas en las que hoy hacemos cerveza como mucho y gracias. A nosotros, al menos, aún no nos han arrebatado el fútbol. Sigue siendo nuestro, pero quizás algún día no, y ese día miraremos a Manchester y sabremos que hacer.

Un fin de semana en el que en El Bierzo celebramos el Día del Trabajador, solo queda fijarnos en como quieren gestionar su fútbol (aún más integrado en su cultura que aquí) y mirar un poquito a nuestro pasado para saber como queremos luchar por lo que nos pertenece. Que es todo.

Un fin de semana en el que también fue el Día de la Madre no me puedo ir sin mencionar a la que, quizás con un poco de fortuna para poder yo escribir estas líneas, es la madre de nuestro deporte autóctono. Nuestra Sociedad Deportiva en femenino, que es el género que nos da la vida, ordena y rige. Ella también lo hace, y sino recordad cuando podíamos entrar al templo, ordenábamos nuestra semana en base a su horario, nuestro humor se regía por su resultado y la vida nos la daban momentos históricos que todos recordamos.

Adelante y arriba. Sin fisuras.

Siempre Contigo Deportiva.